Andalucismo poselectoral y movimientos sociales



No pretendo extenderme demasiado con esta entrada ni propongo una reflexión electoral al uso sobre cifras de participación, territorios, abstención o implantación de determinada opción política. Personalmente soy militante de la formación política Andalucía por Sí y he concurrido por la circunscripción de Sevilla al Senado. Por tanto, esta analítica se propone desde la perspectiva de un actor participante o parasafreando a Lapido, poeta y autor de letras del mítico grupo de rock andaluz 091, planteo un análisis como soñador, no como intérprete de sueños.

En primer lugar, los resultados del Andalucismo, tanto en su vertiente cultural como social y política, han estado únicamente representados electoralmente por la formación Andalucía por Sí. Otras formaciones políticas han concurrido a esta cita electoral bajo el paraguas de un partido estatal principalmente de izquierdas. Pero también desde algunos sectores de la derecha (no muy amplios) y movimientos ecologistas el andalucismo ha estado presente. En todas las alternativas el Andalucismo ha funcionado para estas organizaciones más como sustrato identitario acapara-votos que como una alternativa política propia.

Queda patente que la única alternativa andalucista ha sido la representada por AxSí y los resultados electorales reflejan la confianza y el conocimiento del pueblo andaluz sobre las alternativas propias de gestión política. AxSí ha aumentado considerablemente el número de votos en el Congreso de los Diputados y en las candidaturas al Senado casi dobla los apoyos recibidos. Éste hecho, aunque significativo, no es representativo de apoyo social necesario pues los votos obtenidos no darían para situarse con posibilidades de representación institucional.

Resulta evidente que la sociedad andaluza, aunque muestre en sondeos su adscripción identitaria andaluza, no traduce esta identidad en alternativas políticas consolidadas al igual que otros territorios del Estado. Es aquí donde debemos centrar la cuestión, en tratar de encontrar cómo orientar el cada vez mayor (especialmente entre la juventud) sentido de pertenencia nacionalista en un proyecto político transformador, inclusivo e identitario.

La teoría social nos da algunas pistas, especialmente Castells propone la identidad como núcleo y motor del cambio social, Bauman propone el fin de los proyectos vitales sólidos y su transformación en cosmovisiones y representaciones sociales líquidas y por tanto permeables entre esferas, o, Touariane que desde una visión antropológica como nuevo paradigma atribuye a los movimientos sociales el poder transformador de la agencia del cambio social.

 En sentido aplicado todos los autores referenciados coinciden que es el fin de las formaciones monolíticas de la era moderna surgiendo nuevas organizaciones en las que las fórmulas de articular la protesta y el descontento se basan en la permeabilidad a los movimientos sociales y la identidad como canalizador de las energías sociales.

 El próximo día 1 de diciembre tenemos una cita con la identidad y los movimientos sociales de todo el espectro andalucista, no la desaprovechemos. Por Andalucía por Sí.
¡Viva Andalucía Libre!

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