Andalucía en tiempos líquidos.

La metáfora que defiene el pensamiento de Zygmunt. Bauman, la sociedad líquida, sirve como punto de partida para esta entrada que se me antoja difícil de escribir después del anuncio televisado del Presidente Sánchez en el que paraliza toda actividad económica no esencial en España.Dos factores me afligen, en primer lugar la situación personal que estoy viviendo junto a mi familia, alejado de mi casa y conviviendo con dos personas mayores con la responsabilidad que conlleva y, en segundo término, las circunstancias laborales que sufro al obligarme a salir a trabajar y por fuerza volver a la casa de mis mayores con la terrible sospecha martilleando constantemente mis pulsiones recurrentes (lenguaje Freudaniano).

Escribo este post de una sola vez, sin corrector ortográfico ni esquema guion, por tanto quizás las ideas se atropellen y las conclusiones que pueda llegar a plantear se deslicen por las resbalizas aristas de la demagogia. Pero creo que es ahora, en estos momentos de incertidumbre cuando los seres humanos, programados genéticamente para sobrevivir en condiciones hostiles, deben dar rienda suelta a su creatividad. La mía, a la creatividad me refiero, poco tiene que ver con las artes escénicas de las que soy un mal intérprete sonrojado oculto tras la máscara de la vida cotiadana y el rol social asignado que describía Goffman. Mi creatividad más tiene que ver con la prospectiva, con anticipar escenarios, con desafiar el libre albedrío bajo la premisa de que suele ocurrir lo que es más probable que ocurra, o lo que es lo mismo pero diferentemente expresado, bajo la asunción de poner en tela de juicio el determinismo social reduciéndolo a un simple ejercicio probabilístico.

Cuando hablamos de tiempo líquidos hacemos alusión en su definición a su contrario como elemento físico, lo sólido. Tiempos de fin de trayectorias vitales definidas, relaciones laborales consolidadas, Gobiernos estables, definiciones de status y posiciones en la estructura social claras pues como es sabido, son tiempos en los que lo sólido se desvanece en el aire. Ante estas circunstancias de permanente incertidumbre líquida en el plano individual y también, como no, en la esfera colectiva  conviviendo sempiternamente en escenarios de riesgo global y fin del trabajo como eje sobre el que giran las dinámicas colectivas, Beck anticipaba la emergencia de nuevos modelos de relaciones sociales y laborales. Los nuevos modelos sociales de Ulrich Beck hacia la nueva modernidad se proponen por el sociológo alemán basados en la proximidad, el intercambio desmonetarizado y el capital social como motor del cambio.

Y abro el debate comenzando por el capital social como eje. En clase de Ciencias Políticas me tocó explicar la teoría del capital social a los alumnos de primero en Criminología. Se me antojaba muy difícil explicar uno de los conceptos sobre los que más literatura sociológica existe en poco más de media hora, por tanto recurrí a la solución Sodaro, manual de Ciencia Política por excelencia por más que se empeñen los polítologos en aportar su minuto de gloria en forma de libro. Sodaro en su obra hacía alusión a las primeras formulaciones de la teoría en USA proponiendo una relación de regresión entre una variable dependiente definida como PIB por Condado norteamericano y otra variable independiente definida como capital social que recogía el grado de asociación a todos los niveles (vecinal, religioso, sindical, patronal, cultural, etc) de los habitantes en estos condados. La recta de regresión resultó positiva en el sentido de aumentar exponencialmente el PIB por Condado USA en cuanto exista mayor grado de asociación entre habitantes. Resumido en otros términos, a mayor asociasión, identidad y sentimiento de pertenencia mayor bienestar material. Primer ingrediente, el capital social.

Relaciones de proximidad; en una sociedad global abocada al teletrabajo y la robotización las relaciones económicas de proximidad resultarán fundamentales para la construcción de un tejido productivo local. Diferentes causas conjugan la necesidad de potenciar una red de tejido productivo local sólida. Con el  fin del hidrocarburo como núcleo irradiador sobre el que oribitan las dinámicas productivas, el aumento de los costes medioambientales del transporte, el fin del trabajo fabril, la necesidad imperiosa de ocupar a la población, la emergencia de nuevos modelos energéticos también de proximidad y el apoyo tecnológico en una sociedad que Castells define en red,  los modelos de producción local sostenible se antojan como el segundo de los ingredientes de nuestro cóctel prospectivo.

La desmonetarización creciente parace abrirse paso a gran velocidad en nuestras sociedades, Ya no es solo un experimento de hippies con perros y flautas, cada vez en mayor medida jóvenes y no tan jóvenes mantienen relaciones productivas de intercambio sin el factor moneda como elemento articulador. Otra circunstancia facilitará el proceso, la pérdida de valor de la moneda causada por el endeudamiento necesario para mantener el Estado de Bienestar. La pandemia COVIP-19 ha puesto de relieve la fragilidad del orden social anarco capitalista (vamos a llamar a las cosas por su nombre) para distribuir los recursos eficientemente, o sea, para proveer de las herramientas necesarias encaminadas a proporcionar las supervivencia de la especie en condiciones dignas. El endeudamiento estatal masivo y la liquidez como axioma desencadenará la pérdida progresiva de valor de la moneda. Digámoslo de otra forma, de tanto tirar el dinero en el helicóptero de Friedman para potenciar el consumo, el dinero perderá su valor provocando inflacción que será soliviantada con nuevos helicópteros de efectivo y planes de reactivación económica en base al cambio de paradigma. Tercer ingrediente del cóctel.

Decía José Ignacio Lápido en su memorable "Huellas", que "faltan soñadores, no intérpretes de sueños" y que razón tiene. La maniobra de resurrección de esta pandemia girará sobre estos tres ingredientes básicos en el medio plazo, interpretarlos es tarea fácil, basta leer a los arcanos mayores para predecir con un nivel significativo de acierto considerable los acontecimientos venideros en nuestros cotidianos arcanos menores. La tarea inexcusable está en construir sueños después de las pesadillas. Infante nos arengaba como soldados de la vida a construir pueblo y comunidad, pues nuestro nacionalismo, más que andaluz es humano. En palabras de Isidoro Moreno; Andalucía  como "Pueblo", no como territorio o demarcación administrativa, tiene un gran potencial si sabe conjugar estos tres factores.

Desmonetarizar la vida social, es el momento de poner en valor, entre otras medidas, una Renta Básica que progresivamente proporcione la suficiente autonomía vital de los ejes transnacionales de producción de productos estandarizados de consumo masivo. Andalucía tiene una gran oportunidad de potenciar el tejido productivo local en todos los órdenes, por su valor añadido en la producción agropecuaria ecológica, por su alto nivel tecnológico, por su gran potencial energético, por su gran red de innovación universitaria cojugada con innovación productiva sostenible, en síntesis por su envidiable situación geografica y  su gran poder de independencia externa para el sustento gracias a su riqueza medioambiental y energética.

Pero toda estas ilusiones y ensoñaciones solo pueden y podrán materializarse si añadimos al cóctel-potaje el ingrediente fundamental "La Identidad". Sin identidad, sin confianza interpersonal, sin una red gruesa de movimientos sociales asociativos, sin capital social en definitiva, todas nuestras esperanzas resultarán baldías. Como dice Paco Casero "tenemos que hacer de nuestro carrito de la compra nuestro carro de combate", tenemos que articular sociedad, articular sentimiento integrador, tenemos que articular herramientas culturales de apoyo mutuo, orgullo e identidad, tenemos que articular un proyecto vital cada uno de nosotr@s de progreso social e ilusión. Y como no, tenemos que articular una herramienta política andalucista que oriente, desarrolle y defienda a nuestro pueblo. Y este proyecto político debemos construirlo no ya por una Andalucía repensada como ente político orientada a conseguir mayores o menores capacidades y réditos de autogobierno autonómico, sino por logar un auténtico Poder Andaluz para una Andalucía que de una vez por todas produzca, luche y conviva  por Sí.

Viva Andalucía Libre!!!

Publicado sin correcciones el 29 de marzo de 2020.